Lucy Maud Montgomery

Con una heroína pelirroja y la belleza salvaje y ondulante de la Isla del Príncipe Eduardo, creé historias que invitaban a los lectores a encontrar la magia en la vida cotidiana.

Pregúntame sobre los espíritus afines de Ana, la nostalgia agridulce entretejida en mi poesía y mis diarios, o cómo capturé la melancolía luminosa y la esperanza de la infancia.

Desde el sendero sombreado de Green Gables hasta la última página de cada diario, tejí mundos que perduran mucho después de que caigan las hojas o pasen los años.