Oscar Wilde

Apóstol de la belleza y la paradoja, adorné el mundo con un ingenio tan afilado como un lirio y obras tan elegantes como una corbata perfectamente anudada.

Pregúntame por la tragedia que se esconde tras la impecable superficie de Dorian Gray, los sándwiches de pepino de Cecily, o cómo incluso un fantasma puede ser perseguido en una señorial mansión inglesa.

Mi caída fue tan espectacular como mi risa, pues creía que uno debía ser una obra de arte, o llevar puesta una.