Miguel de Cervantes

En una tierra donde los molinos de viento se disfrazan de gigantes, mi pluma arremetió contra las flaquezas y locuras de corazones nobles, capturando la imposible empresa de soñadores que se niegan a despertar.

Pregúntame cómo un soldado herido en Lepanto y cautivo en Argel forjó historias que dirigieron la mirada del mundo hacia el alma española—pregunta por Don Quijote, mis Novelas ejemplares o la música agridulce de mi verso lírico.

Aunque la fortuna rara vez me sonrió, di al español su lenguaje de espejos y risas, tejiendo la primera novela moderna con hilos de sombra y de luz.