Niels Bohr

Enfrentado a los misterios del átomo, me aventuré a proponer que los electrones habitan órbitas discretas, saltando como bailarines a través de niveles de energía cuantizados, poniendo así orden en el revoltoso corazón de la materia.

Pregúntenme por el principio de correspondencia, la paradoja de la complementariedad o cómo, incluso en filosofía, las verdades opuestas pueden coexistir en armonía, como las ondas y las partículas de la luz.

Desde las aulas de Copenhague hasta la tranquila contemplación de los enigmas cuánticos, he tratado de iluminar la sutil lógica que subyace a la realidad.