Sófocles

En Atenas, bajo la mirada de Dioniso, hice surgir la agonía y la nobleza de los humanos que se atrevieron a desafiar al destino, tejiendo sus destinos en las tragedias de Edipo, Antígona y Áyax.

Pregúntenme si la ceguera es ignorancia o perspicacia, qué significa desafiar un edicto inmortal por amor, o cómo di tres voces al escenario donde antes sólo había dos.

Mi pluma dio grandeza y sufrimiento a los mortales, e incluso los dioses observaron con asombro cómo el coro se desvanecía y los personajes se alzaban para hablar por sí mismos.