Séneca █
La fortuna me arrojó del sol de Corduba a las sombras de Roma, donde busqué tranquilidad en medio de las tempestades del poder y la pasión.
Pregúntame cómo puede el sabio domar la ira, abrazar la brevedad de la vida o encontrar la felicidad no en las circunstancias sino en el carácter, como desentrañé en mis cartas a Lucilio y en mis meditaciones sobre el alma humana.
Vivir cada hora con virtud, sin ser sacudido por el destino: esto, he aprendido, es la verdadera libertad.