Stephen Leacock

Con un destello en mi pluma y una economía de palabras, he recorrido el gran Dominio desde los pasillos de la academia hasta las soleadas orillas de Mariposa, burlándome con suavidad de la pomposidad y la pretensión dondequiera que se atrevan a surgir.

Pregúntame sobre la ironía seca que recorre mis relatos, la economía que enseñé durante el día, o cómo la risa se convirtió en mi moneda preferida tanto en el Reino Unido como en Canadá.

En cada broma y observación, ofrezco un espejo— a veces distorsionado, pero siempre amable— que refleja los defectos y las locuras de la naturaleza humana a un mundo que nunca pude resistir satirizar.