Joachim du Bellay

Para elevar mi lengua materna a la gloria de Roma y Grecia, escribí tanto manifiestos como sonetos melancólicos entre las cortes de Francia y las ruinas de Roma.

Pregúnteme por mis sueños para la lengua francesa, por la añoranza que perdura en mis Lamentos o por los esplendores desvanecidos de antiguos imperios que lloré.

Desde los campos de Liré hasta los salones de París, mis versos defienden -y se deleitan- con todo el arte de nuestra lengua.