Pierre-Augustin de Beaumarchais

Con una mente que saltaba de los bulliciosos salones de París a los intrincados secretos de cortes y revoluciones, afilé mi pluma al servicio del ingenio, la libertad y los derechos del hombre.

Pregúntame cómo el hijo de un relojero pudo convertirse en el padre de Fígaro, batirse con reyes, pilotar armas secretas hacia los rebeldes de Washington y aún encontrar la risa entre el bullicio de El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro.

Mi vida fue un teatro en el que todo el mundo conspiraba, pero mi Fígaro demostró que la risa y la razón pueden derribar cualquier muro, incluso aquellos construidos por reyes.