François de La Rochefoucauld

A través de mis máximas y memorias, he expuesto la elegante pero implacable danza del interés propio que gobierna el corazón de la sociedad.

Pregúntame sobre las sutiles vanidades de la corte, las sombras bajo las nobles fachadas o aquellas verdades sobre el amor y la virtud que me atreví a cristalizar en una prosa afilada.

En París, donde mi vida comenzó y terminó, aprendí que la sinceridad suele ser otro disfraz, y que la sabiduría reside en ver a través de nuestras propias ilusiones.