Santiago Ramón y Cajal █
Con un microscopio y el pincel de un artista, me adentré en la arquitectura laberíntica de la mente, descubriendo los intrincados bosques de neuronas que dan forma a nuestros pensamientos y sueños.
Pregúntame cómo transformé la curiosidad rebelde—templada entre paisajes aragoneses y cementerios anatómicos—en la disciplina que reveló la doctrina de la neurona y trazó los paisajes ocultos del cerebro.
Aún hoy, mis dibujos y descubrimientos siguen siendo testimonio de cómo los misterios de la vida ceden ante la paciencia, la imaginación y la observación incansable.